Entrevista que hay que escuchar con oído muy fino y que comentamos a continuación.
Joaquín Prat: Lo que es injusto, ilógico, incomprensible, es que un padre o una madre estén 215 días sin ver ni siquiera hablar con su hijo. Desde luego, para el menor, para un niño de 11 años, no es justo, pero tampoco para un padre, una madre que tiene que atravesar por esta situación.
Es un maltrato emocional hacia el hijo y hacia el padre rechazado.
Francesco Arcuri: Mi hijo mayor es la primera la primera víctima de esta manipulación. Él sufrió una manipulación desde que tenía diez años, durante la primera sustracción, y fue brutal.
El hijo mayor ayer fue la causa de la manipulación. No permitió la entrega de Daniel, no facilitó esto, porque es la primera víctima. Tiene 19 años, pero es un niño, es un niño que yo le quiero a Gabriel como a Daniel. Me miró un momento y vi algo de bueno en sus ojos, porque es mi hijo, porque le quiero, pero él fue la primera víctima, le destrozaron la vida. Es como tener un cuchillo en el corazón.
Terribles palabras. Los niños como Gabriel tienen como una doble personalidad, dos espacios menatales: en uno está el auténtico, en el otro todo lo que le haya metido a base de miedo la madre.
Patricia Pardo: Francesco, a mí me sorprende que hables así, lo entiendo, pero es duro escucharle porque parece que está tirando la toalla con su hijo mayor. Porque estás explicando que ayer hubo un cruce de miradas y que viste, no sé si amor o algo positivo en él. A ti te gustaría, no sé si estos días, aprovechando que estás allí, no sé, que hubiese un acercamiento, que tratases de hablar con Gabriel... Pero de verdad que das por perdido a Gabriel, a tu hijo mayor?
Estas son palabras de una mujer que probablemente será madre o sabe lo que es ser madre y no se imagina la posibilidad de que un padre pueda hablar así, pero si algún día le pasara a ella, lo entendería muy bien. Sí su hijo mayor Gabriel está perdido y si algún día lo recuperase, no será el Gabriel que conocía, será otro. Si se produce la reunificación entre padre e hijo, no será como aquello del hijo pródigo. Será otro. Su hijo, el hijo que conoció, ya no existe. No hay hijo con el que hacer un acercamiento. Su padre ha sido borrado y aquel hijo que conoció Francesco no existe. ¿Se entiende esto? No creo. Si no lo has sufrido, seguro que no, y si lo has sufrido, dudo que lo entiendas, porque es casi imposible de entender, pero, lamentablemete es así. Esto es un auténtico crimen de la mente, que, en España, se puede cometer con total impunidad. Y si lo hace una mujer, contará con todo el apoyo político, judicial y legal para ejecutarlo.
Francesco Arcuri: No, no lo doy por perdido porque consigo siempre soñar. Y nada, me gustaría ver...
¡Ojo, que albergar esperanzas poco realista, es muy perjudicial: "La esperanza en la realidad es el peor de todos los males porque prolonga los tormentos del hombre". Nietzsche
Joaquín Prat: Aprovechando la presencia de Pilar. ¿Usted ha visto algo semejante en toda su trayectoria profesional? En el sentido de lo que sucedió ayer en ese punto de encuentro, las sentencia es del 18 de febrero. Ayer era 22 de julio. Cuatro horas o casi cuatro horas en un punto de encuentro para que no se haga efectiva la entrega de ese menor?
Pilar: ¡Que va! para nada, para nada, o sea, jamás. Y mire que yo trabajo, a veces soy psicólogo infantil, pero también trabajo con adultos, aunque realmente lo que hago en consulta diariamente es precisamente trabajar con traumas infantiles. Entonces, lo de ayer fue... Bueno, si alguien conoce totalmente la historia que viene de años, tampoco le sorprendería. O sea, es una más. Yo creo que incluso ese recorrido que ha mostrado en el vídeo, aunque yo no lo estoy viendo ahora, yo creo que eso es como extraer una biopsia de todo lo que viene acarreando durante estos años. O sea, el daño es increíble. Ya no solamente la parte que tiene el menor o los hijos de Juana y de Francesco, sino luego todo el entorno, ya a nivel social, mediático, político. O sea, esto es y demoledor.
¡Falso! Eso será para tí, Patricia. Para el padre, te aseguro que es terriblemente peor. Y, mucho peor, aún, si cabe, para los hijos. El hijo mayor, un soldado enajenado, poseído por la madre, y el pequeño, en fase de enajenación, sometido a la tensión de encontrarse con el padre al que ama y quiere y, a la vez, teme, porque una parte del cerebro de la madre ha sido transplantado (software- conexiones neuronales) al hijo y, ahí están, buscando coherencia entre esas dos partes, camino de la locura.
Joaquín Prat: Pero se suspende la entrega del menor para evitar que se ejerza la fuerza... Perdón. Para evitar que se le lleve en contra de su voluntad o coaccionado. Esto es habitual. Es habitual que el entorno no se desvincule en el momento en el que se llega al punto de encuentro del menor? ¿Es habitual que el hermano mayor no se separe de él en ningún momento? Todas estas cosas que sucedieron ayer, ¿lo ha visto usted alguna vez?
Pilar: No, para nada. Además, es que esto normalmente no se hace así en los puntos de encuentro. Sobre todo las personas que trabajan ahí lo pueden corroborar y además es que eso viene estipulado por ley. A ver, en los puntos de encuentro, cuando se realizan las entregas, o simplemente que sea de cumplimiento a lo que son los regímenes de visita, siempre tiene que llegar el progenitor o el familiar con el menor, al menor lo dejan, se queda a cargo del profesional y en un espacio de tiempo llega el otro progenitor o el otro familiar, y ahí es donde está ese entorno neutral. Entonces, mi opinión personal es que primero, el lugar de entrega, yo para mí, no fue el más adecuado, precisamente por la apertura, no solamente a los medios de comunicación, sino cualquier otro tipo de persona que pudiera estar ahí acercada. La forma en la que se hizo para mí fue brutal. Eso es un maltrato, es un maltrato bajo mi punto de vista profesional.
Joaquín Prat: Se refiere a los 150 m de recorrido que hacen desde el vehículo hasta la entrada, rodeados de cámaras, con la madre caminando hacia atrás, llorando desconsolada en brazos de Paqui Granados, etcétera.
Pilar: Sí, efectivamente. ... Y ya no solamente el recorrido de estos 150 metros, sino incluso cómo lo alientan a gritar. Venga, dilo, dilo. Yo creo que esto es algo Totalmente surrealista. ¿Dónde está el bienestar y la protección del menor en estos casos? O sea, es que es algo que no cabe en la cabeza. Yo creo que se ha perdido aquí lo que es la capacidad de raciocinio, de objetividad. Porque bueno, puede que haya personas que no sepa muy bien cómo funciona el trauma, que no estén especializados en toda la parte psicológica. Yo hasta ahí puedo entenderlo, pero es que tantos profesionales a todos los niveles y que no sean capaces de ver el daño tan grande que le están haciendo a este menor.
Una profesional de la psicología infantil, ¡está diagnosticando un daño grande a un menor! ¿Dónde están los que tienen la obligación de perseguir los delitos contemplados en el código penal, como el maltrato? ¿Ha sido detenido alguien? O es que, como sostengo, en este país se puede maltratar impunemente a un menor.
Joaquín Prat: Que esto, que todos tenemos en mente al menor, todos tenemos en mente al menor. Es que lo vemos todos. Es que yo no sé ¿A quién se le ocurre montar este circo? Es que nadie lo puede entender, teniendo en cuenta que estamos hablando de una criatura de 11 añitos. Alfonso, querías preguntar a Francisco.
Pilar: No, disculpe. Es que de verdad me gustaría, sobre todo, que se fijasen bien en el vídeo, porque una cosa es mirar con detalle, es como tener, yo siempre pongo muchos ejemplos. Es como mirar, a lo mejor con un puntero láser. Entonces, a lo largo de ese recorrido, si se dan cuenta, el foco está sobre todo puesta en la madre. Siempre es la madre el foco. Además, si lo ven detenidamente y van haciendo sus pausas, verán que el menor, durante todo ese trayecto, no mostra ningún llanto. Está perplejo, supongo yo, de todo lo que le viene. Pero es la madre, constantemente el foco de atención. Y ya lo más curioso, por decirlo de alguna manera, es tener al menor, no sé si serían 10 minutos, 15 minutos, en la puerta. En la puerta esperando. Mientras que la que se hace pasar por portadora o portavoz de la madre, en un arrebato ahí de, por favor, medios de comunicación, no. Y a continuación empieza a alentar al niño a que grite, a que diga: ¿Dónde está la protección del menor, por favor?. O sea, no pudo haber nadie No hay nadie ahí que parase eso. Ahí es cuando el niño lo único que hace es gritar un discurso que lleva repitiendo años. Es un discurso aprendido.
Joaquín Prat: ¿Sabe lo que pasa? Que nosotros las pasamos calutas para no ofrecer la imagen del menor en aplicación, precisamente, de la ley del menor que nos atañe a nosotros los medios de comunicación. Proteger al menor por encima de todo... no salgo de mi asombro. No me quiero ni imaginar el padre de la criatura, Francesco. ¿Cómo? No sé. Claro, es que... Usted ya está curado de espantos, pero a nosotros no dejáis eso.
Francesco Arcuri: Yo esperaba hasta el final tiene la esperanza, a la mejor se lo pasa bien, a la mejor no está sufriendo. El niño diferente un niño le han cambiado. No sé qué técnica utiliza esta gente, pero es un trabajo de equipo. Es un trabajo criminal. Esta es una violencia. ...
Efectivamente, ese niño está muy cambiado, han sido 7 meses de aislamiento del padre y ese cambio tan fuerte sugiere un lavado de cerebro y no hace falta mucha gente, se basta la madre y el miedo que el niño tenga a la madre y no pensemos en miedo a que le pegue o cualquier otra cosa, con nuestra mentalidad de adulto. El mayor miedo de un niño es el miedo al abandono. Lo llevamos cableado en el cerebro y, ese miedo, forma parte del apego a nuestros padres porque, mejores o peores, de ellos depende nuestra superviviencia. Yo he visto el caso de un niño al que se le lavó el cerebro y el miedo a que la Guardia Civil se llevara al padre, propició el lavado del cerebro. ¿No has conocido a ningún padre que usara con un niño el miedo al lobo, para controlar la conducta de ese niño?.