Sobre Juana Rivas, la organización de juezas mujeres, decían toda estas barbaridades.., dando "evidencias" de la ausencia de ecuanimidad, objetividad e imparcialidad exigible a todo juez en el desempeño de sus funciones.
Aquí puedes encontrar lo más destacado y relevante del caso.
A continuación nuestro análisis y diagnóstico, lo más cercando a la auténtica verdad que podrás encontrar.
La Audiencia Pronvicial de Granada se pronuncia y decide investigar a Juana Rivas por secuestro de menores y rechaza la investigación de maltrato psicológico al menor. ¿Hay prevaricación en la resolución?
Lo certifica la jueza que sabe del caso. Ver auto del juzgado de Granada.
¡Ojo con lo que dice la diputada del PSOE, Ángeles Álvarez. La mención al CGPJ, es muy relevante.
Y finalmente se hace constar que la no entrega de los menores conlleva la imposibilidad material de ser oídos en su caso y si se estimare necesario, además de una posible alienación parental de los hijos, dado el tiempo que permanecen los menores bajo la potestad de su madre y otras personas que han debido tener que ayudar a la madre a custodiar dichos menores en paradero desconocido y bajo la presión circunstancial de la situación imputable a la madre.
Lean bien. Dice: alienación parental
¿Qué nombra la diputada Ángeles Álvarez en el twite?: Síndrome inexistente.
Nótese que la jueza no habla de Síndrome, pero a la diputada le interesa introducir la palabra Síndrome, y lo hace de forma muy, muy, pero que muy calculada. ¿Por qué? Muy sencillo: no existe consenso de que sea un Síndrome. Veáse lo que dice la APA, sobre lo que tanto repite el discurso feminazi referente a la no existencia del síndrome de alienación parental.
Por las palabras usadas por la jueza al mencionar la alienación aparenta, deduzco que realmente ignora su gravedad, lo que no es de extrañar, pues el CGPJ se ha encargado de cumplir con el mandato del Congreso de los Diputados de adoctrinar a jueces y fiscales, a través de los Pactos de Estado contra la Violencia de Género, en la no existencia de la alienación parental. Vean ese enlace, pues ahí argumentamos cómo el CGPJ acaba con la debida apariencia de imparcialidad de todos los jueces españoles, para entender de causas donde existe la posibilidad de que haya una alienación parental, como en el caso de Juana Rivas.
Toda la información del caso de Juana Rivas, la tiene la justicia italiana, que no es como la española, ni mucho menos. Mientras en España le dedican unas pocas horas al caso, con suerte, en Italia le han dedicado cientos de horas y la justicia italiana no está fanatizada como la española en el tema de la manipulación de los menores; de ahí las divergencias. Lo certifica la prensa progre española:
Fíjense cómo Ignacio Escolar, adscrito al discurso feminazi progre, tiene bien aprendida la lección y se esfuerza en hablar de síndrome. Como señalábamos, es la falacia que emplean para negar la existencia de la alienación parental, referirse a él como un síndrome, por la polémica antes señalada que aclara muy bien la APA.
En algo tiene razón: la justicia italiana, afortunadamente para el padre y el hijo, no es como la española. Lo aclara muy bien Quico Alsedo.
Ni más conciso, ni más acertado. Se nota que no ha aprendido nada en los libros ni en la facultad sobre la alienación parental, pero describe perfectamente lo que ocurre e identifica quien maltrata a su hijo, incluida la ministra española.
Nótese que la legislación española lejos de considerarlo como tal, la fomenta. Ver Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia.
Niño sufriendo instigado por alguien perfectamente identificable que aún no ha sido procesada.
Como en todo caso de alienacion parental, aquí no hay un conflicto, hay una situación de abuso. Lo de Miguel Angle Blanco y el asesino de eta, no fue un conflicto: fue un asesinato. De igual manera aquí estamos en una situación de abuso en el que hay tres protagonistas:
El alienador (el que perpetra la fechoria): la madre que lava el cerebro del hijo para que rechace al padre, lo que va contra el cableado de nuestro cerebro que se ha inventado lo del apego, para que la especie no se extinga, de forma similar a lo que pasa con la alimentación, el sexo o el instinto de supervivencia.
Las víctimas:
Los hijos, que sufren un auténtico lavado de cerebro con la generación de recuerdos falsos, muy util para condenar a padres por abusos sexuales que no cometieron, motivo por lo que la legislación española protege este tipo de maltrato. Ver Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia.
El padre, hacia el que va destinada la acción ¿criminal? y a quien se pretende maltratar apartando al hijo de su padre. El dolor de este padre es muy superior al que el ser humano que no ha sufrido este tipo de fechorías pueda imaginar.
No hay que olvidar la figura de cooperador necesario: los jueces que, con su pasividad y desatino, permite que este tipo de maltrato prospere dejando a las víctimas (menores incluidos) prospere y se perpetre y los políticos que alientan este tipo de maltrato, por cuestiones de fanatismo ideológico de genero.
La madre ha conseguido cronificar el lavado de cerebro de su hijo mayor, consiguiendo que se comporte como un guardian de la secta dirigida por ella. El hijo mayor no es libre en sus decisiones, sufre un secuestro invisible a los ojos de la ley y de los legos en esta materia (casi todos), un secuestro emocional, que le impide decidir libremente. Ese hijo, no es el que el padre conoció y no lo volverá a ver: si llegan a recuperar el contacto, no será el hijo pródigo que vuelve, será otra persona, desconocida, en el cuerpo más desarrollado del hijo que conoció y que tanto se quisieron en su momento.
El hijo menor, podrá recuperarlo, si los meses que las autoridades españolas han permitido que durara el secuestro, no ha consegido cronificar el lavado de cerebro. Si sólo hubiera estado el tiempo previsto de las vacaciones de Navidad, no habría habido problema. Si hubiera pasado un par de años, hubiese sido irrecuperable, como ha sucedido con el hijo mayor. Esta es una idea que los burócrotas ignoran: el tiempo de adoctrinamiento es clave para la cronificación del lavado de cerebro y la gravedad del daño psicológico.
Los profesionales que pretendan ayudar a estas familias, deberían seguir las indicaciones de este magnífico libro. Working With Alienated Children and Families: A Clinical Guidebook
Alguno se preguntará como podemos ver el futuro. No podemos, pero la historia de éste y de todos los casos en los que, como en éste, existe un proceso de alienacion parental, la historia está escrita con ligeras variantes.
Si todo va bien, el padre caerá en una trampa lógica: pensar que ya todo está bien y nada más lejos de la realidad.
El padre tiene una difícil tarea: endurecer la mente del hijo para que pueda resistir, el lavado de cerebro al que su madre le seguirá sometiendo. Los legos en la materia piensan, unamimente, que el peligro sólo existe cuando se es pequeño, que cuando sea mayor, eso no puede sucederiy, nada más lejos de la realidad. El lavado de cerebro se puede perpetrar a cualquier edad y el hijo mayor es una prueba. Depende más de la posición psicológica de la víctima frente al que efectúa el lavado de cerebro y la posición de un hijo, frente a una madre o padre, especialmente si es perversa (tipo narcisista) es de debilidad, profunda debilidad; por eso el padre tendrá que fortalecer al hijo y eso no es tarea fácil porque la mayoría de psicólogos no están preparados para hacerlo, no lo pueden esudiar en sus carreras ya que está prohibido. El psicólogo ha de ser especialista en tratar alienación parental y de esos apenas existen. En su defecto, pueden conseguir algún resultado un buen especialista en sectas.
Cuando el hijo tenga 16 años y fruto del lavado de cerebro al que le somete la madre, diga que quiere estar con la madre, los jueces, ignorando la situación de secuestro emocional y de falta de libertad real del hijo para decidir, lo condenarán a estar con su madre. Mas le vale al padre que, para entonces, el hijo tenga las suficientes defensas psicológicas como para resistir ese lavado de cerebro que, sin la menor duda, se producirá y hay evidencias de que será así: el hijo mayor. El padre tiene ahora, la posibilidad de dificultar preparar a su hija para que resiste el lavado de cerebro al que le someterá la madre.
Insistimos, los profesionales que pretendan ayudar a estas familias, deberían seguir las indicaciones de este magnífico libro. Working With Alienated Children and Families: A Clinical Guidebook. Los autores de este libro, no habrían podido escrbirlo en España en estas fechas.